30 de septiembre de 2009

MATEMOS LAGRIMAS

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¿Qué es un océano? sino una lagrima soltada a distancia, ocupando este espacio vacío que soy yo sin ti.

He notado que la Luna tiene tan pocas humedades, que quizás si pudiera acortar distancias y sacarte de tu cama esta noche,

podamos ir hasta allá,

donde las humedades de nostalgias no pesan, no dejan surcos sobre la piel,

y podamos entonces matar estos océanos de olvido en que tú y yo naufragamos a diario.

¿Qué es un océano? Si estoy tan lejos para secarte las lágrimas, si estas tan lejos para saber que dentro de mi solo late tu nombre.

Matemos océanos y vallamos hasta la Luna.

Y que el primero que llegue suelte una sonrisa o un suspiro, para alumbrar la senda y llenar de esperanza al que aun esta en el camino, y que la esperanza sea de un encuentro, de una victoria ante la tediosa rutina, ante la desesperante ausencia que se crea entre distancias, entre estos océanos que nacen y separan, y alejan y dan frio, y no estás y no te cobijo, y te pierdo y no te siento y no me sabes más que a ausencia, más que a nostalgia, más que a estas ganas enormes de matar océanos y llegar hasta tus brazos, y que te reconozcas en los míos, y secarte las lagrimas, y provocarte una sonrisa.

¿Qué es un océano?

¿Qué es un océano?

Si estoy tan lejos para secarte las lágrimas, si estas tan lejos para ver este espacio vacío que soy yo sin ti.

Matemos océanos y todas las lagrimas que hay entre tú y yo…




26 de septiembre de 2009

ESTA TARDE DE LLUVIA DEJEMOS TODO

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Esta tarde dejemos a un lado los miedos,

dejemos al pie de la cama tus ausencias y ese tiempo vacio que se perdió en esperas mientras llegabas.

Dejemos la ropa arrugándose sobre aquella alfombra vacía y fría como las nostalgias que nos acompañaron cuando estábamos lejos, tu de mí y yo de ti.

Dejemos la piel regada por la cama,

dejemos tus pecas salpicadas sobre las sabanas,

tu sudor limpiando las pelusas que la almohada va acumulando,

tus besos desprendiéndose de tu corazón,

y mis ganas de amarte volviéndose el aire que llena esta habitación.

Dejemos las soledades, las pudorosas desnudeces,

dejemos las tardes frías y nubladas cuando en soledad caminábamos a kilómetros de suspiros,

dejemos a un lado el tiempo que se olvido y el que se aferro a una esperanza de un mañana te encontrare.

Dejemos a un lado todo lo que esta tarde nos limita para estar juntos,

Vuélvete mis letras y mis colores,

Vuélvete el pincel que acaricia el lienzo en blanco sobre el que trabajo esta tarde,

Vuélvete el aire que respiro, el café sobre la mesita improvisada y del que sorbo de vez en cuando cada vez que mis labios se resecan,

Vuélvete esta tarde aquí y ahora, sin mañana sin ayer, sin miedo, sin un recuerdo que perdimos, sin una esperanza desesperanzada,

Vuélvete aquí y ahora tu para beberte, para acariciarte, para pintarte de desnudez las caricias que pide tu piel, para cubrirte de mis sueños al anochecer y que el frio no sea más que un pretexto para sentirte más cerca,

Aunque estés a kilómetros de distancia,

Aunque estés aun pendiente por aparecer entre las historias que se acumulan entre los años que paso aun sin ti, aun sin mí y no seamos más que latidos que suenan al ritmo de las gotas de lluvia que esta tarde humedecen mi ventana.

21 de septiembre de 2009

DESE-ARTE

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Te sentí como siento al arte, total, plena, libre.

Como espectador sentado en una butaca esperando que se corriera el telón de tus ropas para poder transportarme a nuevas aventuras.

Como el que pasa al lado de una obra colocada en un pedestal o entre paredes de mármol,

y se detiene a observar las pinceladas que hay sobre la piel,

esas marcas de pinceles ajenos,

las huellas de su pasado y que la fueron formando y deformando al paso de los días,

al roce de miradas,

de suspiros,

de alientos.

Y que pasa horas frente a ese lienzo de colores y de texturas que resultas ser tu,

cuando estas frente a mí.

Como el actor que desde la tramoya observa y huele la duela del escenario y con nervios y ansias espera que den la última llamada para deslizarse sobre aquel altar.

Como la tinta de las letras sobre el papel que mientras pasan mis ojos sobre ellas van descubriendo los secretos que en símbolos,

en muecas,

en sonidos,

me hablan de ti.

Como los colores que descubro sobre un lienzo y que en mi paleta se mezclan para descubrirte con un rostro diferente,

con una piel diferente,

con una mirada diferente,

pero siempre eres tu quien aparece al final de las jornadas cuando retiro mi silla del caballete y con la taza de café en mano, enciendo un cigarro para mirarte,

para encontrarte en esa mezcla de colores y de aromas,

de texturas,

de ti,

aunque imprecisa quizás, pero cada error que cometo es un pretexto para seguirte descubriendo,

para seguirte observando.

Eres arte, simplemente porque hueles a arte,

a aceites,

a duela,

a tinta,

a papel,

a toda esa mezcla que son tus aromas cuando pasas a mi lado,

cuando te tengo cerca, y huelo tu cabello, y huelo tus labios, y tu cuello y tu hombro,

y huelo de ti cada poro para seguirte encontrando en los recuerdos que de ti rememoro cada noche que estas lejos y me siento a pintarte,

a escribirte,

a imaginarte sobre el escenario que es la vida caminando a tu lado.

Eres arte porque tu pasión enajena,

agobia,

envuelve,

resucita,

despierta,

me gira,

me inspira,

me llena de sueños cada noche,

cada día,

cada latido,

esa pasión que despiertas en mi y que veo en ti a cada latido tuyo, a cada movimiento que por mas disimulado que sea, logra perforar mis pupilas y llegar hasta mi alma.

Eres arte porque no podrías ser menos para mí, porque te veo con ansia,

con hambre de mas,

con ternura inmensa,

con pasión desmedida,

tuya y mía,

efímera,

espontanea,

eterna.

Eres arte porque cada vez que te veo,

cada vez que te siento,

cada vez que te descubro y me pierdo y te huelo y te pruebo,

me haces sentir vivo,

y me llevas al cielo y al infierno,

todo al mismo tiempo

INCENDIAME

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Incéndiame entre tus colores, ahógame en tus aguas que las aguas mías son demasiado apacibles, despiértame con tu aliento recorriéndome las manos, que salga de mi pecho lo que nace para ti y que estallen las melancolías, las ausencias, las nostalgias y también las alegrías y los entusiasmos que traes entre tus labios.

Sacúdeme, sofócame, destrózame, deshazme y de la nada vuélveme a hacer, llena con tus miradas esta habitación vacía que soy cuando no me miras.

Elévame hasta donde tus alas infinitas me quieran llevar, envuélveme entre tus latidos, entre tus mil manos, entre tus suspiros imaginarios que dejan vaho sobre las telas de los lienzos.

Arrástrame hasta el fondo de mi lucidez, para matar a pinceladas la cordura que aun habita dentro de mí y que retoma fuerza entre sus agonías cuando tú no estás.

Respírame y deja que te respire, tócame y deja que te acaricie, mírame y deja que mis pupilas estallen con tu reflejo dentro de ellas, sacude de mis manos las pieles que deseas te cubran esta noche, este instante, este latido.

Incéndiame que el otoño se asoma y deja sentir el frio que espera para entrar a escena tras el telón, incéndiame que quiero ser cenizas, que quiero ser la brasa ardiendo por ti y para ti, incéndiame que quiero hacer arder los desiertos blancos que cuelgan de las paredes y que esperan a encenderse por tu gracia.

Incéndiame que no se vivir sin la pasión que eres dentro de mi, que no soy pasión, que no soy latido, que no soy letra, ni color, ni espuma, ni mar, ni viento, ni locura, y el tiempo avanza diferente y la sangre se vuelve espesa, y los latidos suenan débiles, y los ojos se apagan y no vivo y tampoco muero, y no soy ni fantasma, ni suspiro y me quedo quieto, y no se quedarme quieto, y no se ser cuerdo, y no se ser normal, y no se ser sin ti.

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