15 de julio de 2009

LA NOCHE QUE NO FUE

1 comentarios

Qué triste saber que no pudiste amarme tan solo una noche,

que triste no haber podido dormir sobre tu vientre con tus piernas rodeándome la espalda,

que triste me resulta voltear hacia atrás y saber lo lejos que me encontraba de convencerte.

Camino una y otra vez por el techo de una habitación que me recuerda todo lo que no pudimos hacer, camino una y otra vez sobre los lienzos donde no pude pintarte y ahora solo un rostro desvanecido con aguarrás es el recuerdo del fantasma que te has vuelto en mi corazón.

¿Dónde, dime tu, dejare todas las cosas que están llenas de ti?, ¿Dónde, dime tu, dejare este corazón perdido y solo?,

¿Dónde, dime tu, dormirás todas las noches en que no estés aquí para amarte?

Cuantas cosas nos hicieron falta vivir, de cuanto coraje y fuerza carecen nuestras almas,

a mi me falto coraje para atarme a tus cadenas, a ti fuerza para atarte a mi corazón.

Puedo decirte que me haces falta hoy, ayer, mañana,puedo decirte que a cada instante muero un poco mas sin ti, puedo decirte que el abandono de mi soledad tras tu llegada me sabe amargo esta noche, puedo decirte tantas cosas,pero no puedo decirte nada que esta noche te convenza de que te quedes a mi lado tan solo el resto de nuestras vidas.

Avanza lento el tiempo y cala el frio mis manos esta noche, y lentamente te vas yendo de mi vida mientras mi vida rápidamente se va yendo de mis huesos. He vuelto a ser un pabilo en la espesura de la noche, de una noche sin ti, de una noche sin mí, de una noche que no pudo ser y se quedo perdida en el profundo oscurecer de mi tristeza, de mis nostalgias, de mis esperanzas.

He perdido esta vez mas que nunca,

porque te perdí a ti, que eras mi todo, para mis noches por venir,

he perdido hoy menos que nunca porque solo me perdí a mi

y me enseñaste con tu partida que poco vale esta vida que nunca pudo llenarte de otra cosa que no fuera más que amor.

Qué triste es pasar sin pasar, sin quedarse, sin avanzar, sin nosotros juntos tú y yo

y nadie más,

tú y yo

y un solo corazón,

llenándonos de polvo los pies a cada paso que antes caminábamos separados.


Qué triste es no poder contemplar una misma senda

y mirar atraves de tus ojos un mismo horizonte,

y sentir un miedo compartido,

una esperanza envuelta en un solo latido,

un amor correspondido,

y un mañana que aun no había nacido.

Pero heme aquí mirándote partir,

mirándote sin poder mirarte,

hablándote sabiendo que cada palabra morirá antes de llegar a tus oídos,

pero heme aquí esta noche fría sabiendo que nunca pude decirte nada que pudiera convencerte de quedarte tan solo una noche dormida conmigo,

y toda una vida despierta,

soñando yo contigo,

mientras tu sueñas conmigo.

5 de julio de 2009

¿QUE PODRIA SER MEJOR

0 comentarios

Así al final del día ¿Qué nos queda? ¿Qué puede ser mejor que hacer un recuento de las sonrisas que dimos?

y de aquellas que se estrellaron en nuestras pupilas sonrojando nuestro rostro y haciendo que inevitablemente bajemos la mirada ante tal golpe, hermoso golpe.

¿Qué puede ser mejor que saborear aquellos besos que aun nos humedecen los labios?

incluso aquellos que no dimos por vergüenza, por falta de ganas, por miedo o quizás, quizás por temor a romper los kilómetros de distancia que hay entre ella y nosotros, entre él y ella.

¿Qué puede provocarnos más ganas de meternos bajo las sabanas?

que aquellas caricias acumuladas a lo largo de nuestros inviernos, de nuestras soledades, de nuestros suspiros y un te quiero que se escapo de nuestro pecho cuando ella cruzo por la ventana del camión, mientras nosotros fugazmente la miramos, un instante, solo un pequeño parpadeo que basto para que su imagen nos acompañara durante todo el camino de regreso a casa.

Y ella sin saberlo mientras se pierde entre la multitud de aquel crucero en espera de una luz verde que le permita cruzar la calle para tomar el camión, quizás el mismo en el que nosotros íbamos, puede ser, quizás si el semáforo no hubiera conspirado aquellas caricias y ese te quiero hubieran podido llegar hasta ella, pero es tarde y se pierde quedándose el recuerdo de su rostro entre los suspiros que vamos soltando cuadra a cuadra, semáforo a semáforo.

¿Qué podría ser mejor esta noche?

que haber estado a su lado compartiendo el recuerdo de algún accidentado encuentro, de un hola, discúlpeme andaba distraído, no le vi y mire yo recojo su bolso, permítame le ayudo con los libros, que linda sonrisa, le invito un café con la promesa de convencerle de que me perdone por mi torpeza y que sus ojos le vuelvan a brillar al amanecer cuando con un beso le despierte.

Y repetir este ensayo de encuentro cada día solo para hacerle brillar sus ojos así.

¿Qué podría ser mejor que eso? ¿Qué podría ser mejor?

Si acaso sería mejor haber tenido el valor de bajar del camión, haber sostenido aquella mirada y no bajar el rostro ante aquella sonrisa, y que aquellos besos terminaran en sus labios, y las caricias, las caricias fueran sin su piel y rozándole el alma implemente al mirarla.

Si a caso sería mejor que al terminar el día no terminara y así poder seguir soñando que tuvimos el valor de correr el riesgo y comenzar un nuevo sueño al lado de ella o de él.

Y jamás tener que hacer un recuento de esos sueños por estar ocupados viviendo más besos, más sonrisas, más caricias, mas te amo.

¿Qué podría ser mejor al final de un día, de una noche, de un sueño?

La verdad es que no los sé y me resisto a dejar de hacer recuentos de sueños perdidos y comenzar a olvidar.

COPY WHAT?

Creative Commons License Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.