NADA QUE PEDIR

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Lo único que te pedí es que me dejaras despertar a tu lado si te cansabas de dormir,

si te hacían falta pasiones y te sobraban despedidas antes del amanecer

que fueras quien reconociera entre mis manos todas las caricias que deseabas,

que encontraras en mi mirada la franqueza de verte como mujer y no como una silueta perdida entre sabanas frías

que fueras tu quien desprendiera mis pasados y me antojara futuros compartidos, lejanos de mis soledades y de las miradas vacías que dejaste que te recorrieran las piernas

que fueras tu quien me desacostumbrara de esta desganada manera de amanecer, para pasar insomnios a tu lado y con tus ganas, reencontrar las mías

lo que te pedí antes de llegar fue un ticket de ida, sin regreso, sin fechas de caducidad, sin golondrinas, sin deslealtades, sin las dudas de ser yo o ser tu, y que simplemente fuéramos los dos, un instante que durara un beso, una mirada, un latido que reventara los silencios y dejara en los tímpanos de quien nos escuchara ese zumbido de tu amor y del mío, si es que había algo tuyo y sin importar que lo demás fuera mío

sin agradecer al final los intentos, las devociones inútiles, las disculpas violentadas, sin pendientes ajenos, sin miradas indiscretas entre abrazos, sin el hambre de más, de otros, de todos, o simplemente sin anorexias de mis ridículos latidos, de mis desazonados te amo

si algo te pedí fue que quisieras llegar, que me dejaras estar, que fueras más que amaneceres o tardes de entretenimiento, que quisieras ser tu, libre, plena, hinchada de pasión, despierta para seguir soñando en destellos de felicidad, en sonrisas salvavidas de esas que llegaban cuando todo salía mal, cuando las cosas no marchaban como querías y que sin embargo con mis estupideces te dibujaba entre besos en la frente y abrazos una o dos sonrisas

si algo fuiste seguirás siéndolo dentro, si algo fui se que ya el destiempo se lo trago, que fue más sano arrojarlo al bote de la basura que hay en tu oficina, que las cursilerías y mis ñoñadas no tienen cabida en tu bolso, ni en la solapa de tu saco, ni dentro del paraguas que olvidaste al salir de casa, si algo fui sé que no alcanzo ni para ser intento, ni para ser al menos ese recuerdo bonito que almacenas en la caja de zapatos que tienes debajo de la cama

pero no fue error tuyo el que mis flaquezas no cubrieran tus necesidades,

que mis caricias no despertaran mas que frio y ganas de que fuera yo otro,

que mis insípidos besos no te encendieran las ganas,

que en mi no hubiera ganas sin que hubiera amor

no es error tuyo el que te tratara como te veía, y que desprendiera cada noche estrellas para colocarlas en tu almohada para que tuvieras sueños y no las pesadillas que te perseguían

no es tu culpa que no fuera el hombre que tenias ganas que fuera,

que fuera otro quien te despertara las ganas,

no es tu culpa que me atreviera a ser bocado para tus apetitos,

que fuera mi compañía la que despertara tan solo tus nauseas,

tus miedos,

tu tedio,

tu hastío,

tu asco,

y que al final por prescripción médica tuvieras que alejarte

no es tu culpa que fuera tu corazón alérgico a mi palabrería barata,

a mis cursilerías agobiadoras,

a mi fantasía desequilibrada,

incluso a esa incredulidad de considerarme un poquito para ser él,

para ser tu él y que fueras tú mi ella

no es tu culpa pues quien quiso creer lo que no fue,

lo que no fui,

lo que pretendí y no alcance a ser,

soy yo

y desde antes de que llegaras lo sabía,

así como sabía que no tenía derecho a pedirte nada, pues nada podías pedirme tú a mí,

porque nada fui para ti

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